Imperdibles del Periodismo (16): Laura Antillano se refiere a las crónicas de esta polígrafa venezolana, Premio Nacional de Literatura. JCDN.
Laura Antillano (1950) pertenece a la línea de grandes polígrafos venezolanos como José Rafael Pocaterra, Ramón Díaz Sánchez, Orlando Araujo y Juan Calzadilla. Su propuesta escritural, desprovista de ampulosidad y pretensión, se inclina por una aproximación sentida y sobria del país y el continente.
Por supuesto, en la consolidación de una voz inquieta e híbrida que se procure el adverso portento de relacionar la tierra y el cielo, esto es la cotidianidad de la ciudadanía invisible a merced de los distantes escenarios en los que los poderes fácticos planean su sumisión.
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Sus crónicas y artículos de opinión han sido publicados en diversos medios de comunicación escritos y digitales como Notitarde, El Carabobeño y Últimas Noticias. El quehacer periodístico de Laura Antillano o, mejor aún, su discurso mediático es sereno, enternecedor y humanístico. Se pasea con frescura por la cultura, la literatura, el arte y la política sin dar cuartel al amarillismo y la maledicencia periodística.
“Crónicas desde una mirada conmovida” (FUNDARTE, 2011), conjunto que entraña tres décadas de interacción con los lectores de diarios y revistas, más allá de la variedad temática, supone un apostolado comprometido con las mejores causas de la humanidad.
En este caso, la cronista se declara partícipe fiel de su sociedad, propone una síntesis personal de su siglo en todas las implicaciones posibles y, claro está, ejerce un rol activo crítico respecto a sus despropósitos y desviaciones.
La profecía, en este caso, no se inscribe en la denuncia tremendista ni en la simulación ideológica por vía de los códigos del escándalo. Aboga por la educación de la sensibilidad y la estimulación de una verdadera conciencia del entorno, que traigan consigo el desmontaje de la banalización del discurso mediático, político, académico y cultural.
Roto el cerco tendido por los aparatos ideológicos del Estado, los ciudadanos se darán a la tarea de forjar un orden de cosas perfectible, solidario y colectivo que se asimile a una Colmena proveedora de poesía tocable y restauradora.
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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC
