Esta es la última semana de negociaciones paritarias antes del inicio de clases en Argentina, y en la mayoría de las provincias, así como también en la Ciudad de Buenos Aires, no hay prácticamente chances de que se llegue a acuerdos.

Los gobernadores mantienen en sus ofertas salariales el techo que la Casa Rosada fijó para los sueldos estatales: el 15 % en cuotas y sin cláusula gatillo.

Los gremios se encuentran así frente a propuestas que no pueden aceptar; en algunos casos incluso todavía no han tenido siquiera la primera reunión.

Inicio de clases
Argentinos se mantiene en pie de lucha en defensa de las escuelas públicas y de la calidad educativa.

“La situación es la más compleja de los últimos años”, definió anoche, en diálogo con Página/12, la titular de La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Sonia Alesso.

Hay una presión muy fuerte para que se firmen paritarias a la baja. Por este camino, el Gobierno empuja a los maestros al no inicio de las clases”.

 

Golpe al inicio de clases y a los educadores

Alesso habló de un doble filo en el criterio con que el Gobierno, y las provincias, que lo aplican de manera refleja, están planteando las paritarias docentes. Un borde del cuchillo apunta a reducir los sueldos de los maestros y, al mismo tiempo, se cierran aulas públicas e institutos de formación docente.

Inicio de clases
“No sólo están cerrando paritarias, sino que también están cerrando escuelas”, advirtió Alesso.

Las escuelas del Delta, rurales y nocturnas que la gobernación de Buenos Aires pretende cerrar ilustran el cuadro. “El año pasado tuvimos la disolución de los institutos de formación docente en la Ciudad de Buenos Aires y el cierre de institutos de formación en Jujuy.

Es decir, que el panorama es negro no solamente en cuanto a la pauta salarial, sino a la situación educativa. Cuando nosotros advertíamos sobre los ajustes en el presupuesto educativo, nos decían que exagerábamos.

¿Qué va a decir ahora el Gobierno? No sólo están cerrando paritarias, sino que también están cerrando escuelas. Esto demuestra claramente que el objetivo no era eliminar la paritaria nacional docente en su sentido de mesa de discusión salarial, sino que lo que se venía era un ajuste en la educación, que el Gobierno sabía que la CTERA no iba a avalar.

 El Estado nacional es responsable de garantizar educación de calidad para nuestros niños, niñas y jóvenes”, explicó Alesso.

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En la Ciudad de Buenos Aires, la administración de Horacio Rodríguez Larreta ofreció a los maestros un 12 % de aumento, pagadero en tres tramos, es decir por debajo del techo oficial, en el distrito del país con más recursos.

De aceptarlo, los maestros recibirían para todo el año una recomposición de 1800 pesos: sumarían a sus sueldos 900 pesos en marzo, otros 450 en agosto y, finalmente, otros 450 en octubre.

Eduardo López, titular de la Unión de Trabajadores de la Educación, gremio mayoritario del distrito, explicó que la recomposición deberá ser del 4,2 %.

La cláusula obliga a la Ciudad a pagarlo, a diferencia de la fórmula firmada en 2016, que sólo hablaba de un “compromiso” de reabrir las negociaciones, que CABA incumplió.

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En su planteo para 2018, la Ciudad directamente no ha incluido esta garantía de una compensación automática para el caso de que el costo de la vida supere el acuerdo paritario.

Quedan sólo tres días para alcanzar un acuerdo antes del comienzo de las clases en Capital, lo que es decir que hay un conflicto en puertas. La UTE, junto a estatales, judiciales, y trabajadores del subte (del metro), todos con sueldos que dependen directa o indirectamente del Estado, preparan una protesta conjunta para el miércoles 28 de febrero, que será, seguramente, la antesala de otras medidas.

 

Ciudad VLC/Tomado de Página12.com.ar

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