Prisioneros políticos de las antiguas FARC-EP recluidos en el patio 4 de La Picota en Bogotá denuncian la amenaza de traslado ilegal por parte de autoridades colombianas de un grupo de un grupo de militantes de esta organización. La información fue ofrecida por Danna Urdaneta, integrante del Comité de Solidaridad Internacional (COSI) en Venezuela.

Los miembros de las antiguas FARC-EP amenazados con el traslado ilegal son Air Camilo Patiño, Luis Fernando Franco Reyes, Luis Carlos Cifuentes Puerta.

Además de Uriel Ordóñez, Duván Triviño Morales, Fabián Viracachá Ballen, quienes se encuentran en este recinto penitenciario destinado por el Acuerdo de Paz firmado en La Habana para la agrupación y concentración de estos excombatientes.

 

 

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Existen prisioneros políticos sin definición jurídica

En la actualidad en el patio 4 se encuentran más de 50 prisioneros políticos, a la espera de la definición de su situación jurídica ante la Jurisdicción Especial para la Paz.

El patio 4 es uno de los más seguros al interior del penal por las normas de convivencia consensuadas por los prisioneros políticos.

No obstante, esa armonía y buena convivencia se ha visto afectada por parte de las decisiones de las directivas de la Dirección del INPEC y de la Dirección de la Cárcel La Picota, que a pesar que dicho patio se dispuso como centro de agrupación y concentración de los prisioneros políticos de FARC-EP en el marco del Acuerdo Final de Paz.

Actualmente de manera arbitraria pretenden trasladar a varios miembros de la FARC-EP que aún siguen privados de la libertad sin que se les defina su situación jurídica, lo que entorpece y quebranta lo acordada en la Habana – Cuba.

Recientemente Andrés París denunció que hay más de 600 prisioneros políticos de las antiguas FARC-EP a quienes no se les ha definido su situación jurídica, quienes ya debieron salir producto de la amnistía general acordada en los diálogos de paz.

 

 

Prisioneros viven bajo constante tortura

Es importante resaltar que estos prisioneros políticos y prisioneras han vivido permanentes torturas y aislamiento por el delito de pensar diferente y de no haber tenido más alternativa que empuñar las armas en el cuarto país más desigual del planeta: Colombia.

El cumplimiento de los Acuerdos de Paz firmados en La Habana son la única garantía de paz con justicia  social, sin dilaciones, sin trampas, sin más engaños al pueblo colombiano. La defensa de los derechos humanos frente al Estado terrorista de Colombia es una lucha por la dignidad y los derechos del pueblo.

 

 

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Ciudad VLC / Dámaso Pérez

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