En lo que a reconocimientos por méritos en el mundo de las artes se refiere, existen varios premios de carácter internacional los cuales gozan de un prestigio histórico.
Tres de esos galardones son el premio NOBEL, el OSCAR y el GRAMMY, siendo el primero de los tres más amplio en cuanto a que abarca múltiples áreas del saber, ya sea en lo científico, químico, matemático, político, por labores pacifistas e incluso en el ámbito literario.
El OSCAR es el mayor prestigio en cuanto al cine se refiere, conocido también como “el séptimo arte”, mientras que el GRAMMY está consagrado para la mayor de las artes, la música.
Recuerdo que hace por lo menos unas tres décadas, cuando se anunciaba la fecha para la entrega de cualquiera de estos tres galardones, las expectativas eran tremendas, se comentaba y discutía sobre quiénes eran, al parecer de cada quien, los mejores candidatos para obtener semejante privilegio por su trabajo.
No sé si es una impresión mía o es la de varios, pero siento que esas ceremonias han perdido ese prestigio deslumbrante del cual gozaban, en mi caso lo atribuyo al ver que ciertos trabajos de poca calidad y artistas de trayectoria deficiente son galardonados al igual que otros considerados genios de la música, en el caso de los premios GRAMMY.
Últimamente se les ha otorgado el premio NÓBEL de la Paz a promotores de conflictos de carácter mundial, como fue el caso del expresidente de los EE.UU. Barack Obama, y el año pasado le fue otorgado al presidente de Colombia Juan Manuel Santos, quien fuera ministro de Defensa del expresidente Álvaro Uribe, por lo tanto, ¿cómo no dudar del prestigio de tales premios?
Por otra parte, últimamente se les ha otorgado el premio NÓBEL de la Paz a promotores de conflictos de carácter mundial, como fue el caso del expresidente de los EE.UU. Barack Obama, y el año pasado le fue otorgado al presidente de Colombia Juan Manuel Santos, quien fuera ministro de Defensa del expresidente Álvaro Uribe, por lo tanto, ¿cómo no dudar del prestigio de tales premios?
No obstante, hoy destacaré los nombres de algunos representantes de la Salsa, quienes han sido distinguidos con el GRAMMY LATINO, casi todos en varias ocasiones.
Inicio con el más antiguo, el célebre maestro de las blancas y las negras Eduardo Palmieri, quien fue el primero en ganar la primera producción hispana en 1975 en la categoría “mejor grabación latina”, después en años sucesivos lo ganó varias veces.
Otro gigante, también entre los primeros en ganarlo, en 1978, fue “El Rey del Timbal” Tito Puente con el mejor álbum tropical, y luego lo obtuvo otras veces.
En 1986 “El Poeta de la Salsa”, el panameño Rubén Blades, obtuvo su primer premio, ese fue el inicio de una secuencia incluyendo su producción de 2017 álbum del año Salsa Big Band.
En 1989 no podía quedarse atrás “La Guarachera de Cuba”, Celia Cruz, quien lo obtuvo como mejor interpretación tropical con el tema “Ritmo en el Corazón”, junto al “Manos Duras”, el conguero Ray Barreto.
En 1991 el fenómeno del merengue, quien llegó para quedarse, Juan Luis Guerra,con su “Bachata Rosa” lo obtuvo como mejor álbum tropical (y mira que lo fue), puso en alto la bandera dominicana y ha sido merecedor de por lo menos 18 premios.
Su especialidad no es la Salsa, sin embargo, los temas que ha grabado en ese estilo no tienen desperdicio ni en letras, arreglos e interpretación, todos son muy buenos aunque, curiosamente, no ha pegado ninguno, por lo menos aquí en Venezuela.
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En 1998, Marc Anthony recibió su primer GRAMMY con el tema “Contra la Corriente”, a pesar de que para ese momento no se había consagrado, pero ya demostraba de lo que sería capaz en su estilo, y también ha sido galardonado en varias oportunidades.
El cubano radicado en Miami Willie Chirino lo obtuvo en el año 2005 como mejor álbum tropical, y en el año 2006 le llegó el turno al “Caballero de la Salsa”, Gilberto Santa Rosa, con su tema “Directo al Corazón” como mejor álbum tropical.
A Nicaragua le tocó en el 2012 al ganarlo Luis Enrique como mejor álbum de Salsa con “Soy y Seré”, y cerraré este breve listado con talento venezolano; en el año 2016 “La Súper banda de Venezuela”, Guaco, se hizo merecedora de este premio como mejor álbum tropical “Guaco Histórico 2”, una de nuestras legendarias bandas cuyo ritmo fundamental no es la Salsa, no obstante, también forma parte de su extenso repertorio digno de tener en cuenta.
A pesar de lo expresado al inicio en cuanto al debilitamiento que ha sufrido el prestigio de este premio, no cabe duda de que sigue siendo significativo y anhelado por todo artista en este ámbito de la música latina y representa un trampolín para todo aquel que lo obtiene, pues la tarifa de un artista nunca será la misma una vez adquirido este galardón.
Ramón Toro / Pentagrama /Dame Letra
